El jueves 8 de julio se inauguró finalmente Acercamiento Infinito en la sala 5 del Centro Cultural Recoleta. Quedó algo muy parecido a una muestra de pinturas-pinturas, porque la presión de tiempo ( hubo que preparar todo en poquito más de un mes ) y las especiales condiciones de seguridad en cualquier centro cultural no hacían recomendable desplegar delicadezas tipo obritas en papel, planchas de metal en cajas de acrílico o alguna proyección. Pero el curador Renato Rita y la gente de montaje del CCR se entendieron y el resultado es visualmente llevadero. Ayuda la homogeneidad del material, pintura al agua sobre tela en todos los casos y ciertas recurrencias de la paleta ; los celestes grisáceos de la ormaméntica estatal, el azul amarillento de los amoríos invernales, algunos finos puñales blancos que aportan moderación sobre "planos y planes" celestes de dominación mundial...( ojo que digo lo primero que me viene a la mente, ejem ) .
Me quedé con la sangre en el ojo por dos cosas; que de tanto correr con el montaje y la restauración de algunas obras largamente almacenadas en buhardillas desamoradas no pude decir algunas palabras sobre mis veinte años exponiendo "caprichitos serios". Y que aparte del muy lindo catálogo-poster no pude armar una especie de texto ordenador de lo expuesto, sobre todo para el público novato; creo que lo más importante de exponer en un centro cultural tiene que ver con una tarea didáctica que una galeria comercial cualesquiera no tiene ni tiempo ni ganas de cumplir (y es entendible). Pero esto recién empieza y ya habrá palabras y letras ad hoc.
Mirando lo expuesto yo diría, como en la canción de Elena Roger ( o era de Edith Piaf? )que no me arrrepiento de nada y si los cuadros que están ahí colgados no son mejores la responsabilidad es mía y sólo mía; ningún poder raro me impulsó a hacer rayitas contra mi voluntad.
Me quedé con la sangre en el ojo por dos cosas; que de tanto correr con el montaje y la restauración de algunas obras largamente almacenadas en buhardillas desamoradas no pude decir algunas palabras sobre mis veinte años exponiendo "caprichitos serios". Y que aparte del muy lindo catálogo-poster no pude armar una especie de texto ordenador de lo expuesto, sobre todo para el público novato; creo que lo más importante de exponer en un centro cultural tiene que ver con una tarea didáctica que una galeria comercial cualesquiera no tiene ni tiempo ni ganas de cumplir (y es entendible). Pero esto recién empieza y ya habrá palabras y letras ad hoc.
Mirando lo expuesto yo diría, como en la canción de Elena Roger ( o era de Edith Piaf? )que no me arrrepiento de nada y si los cuadros que están ahí colgados no son mejores la responsabilidad es mía y sólo mía; ningún poder raro me impulsó a hacer rayitas contra mi voluntad.
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