En ocasiones, cuando el colectivo 22 tarda demasiado en venir por ejemplo , pienso que en un contexto de hipertolerancias multiplicadas como el actual un artista pulenta, uno de los que transporta algo interesante , es algo así como un fanático en recuperación permanente.
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Yendo a los extremos de la escala sugerida en la oración anterior espero ser más claro;
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Con nada de fanatismo alguien con capacidad de visualización alquila un talento organizativo desideologizado value-free para terceros sin tomar la responsabilidad última de la recepción( es el devenir diseñador ) .
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Con demasiado fanatismo uno termina separado del mundo, se va a vivir a la imprenta litográfica de Papá Hamlet ( implosión artesanal ) o a la propia casa-museo y deja de servir a la sociedad ( devenir autista-ingenuo ) .
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Cada época organiza estas "distorsiones" a su manera. Durante décadas con el cuento de "defender el oficio" la mayoría de los artistas visuales argentinos no dicen nada de relevancia epocal ; en el siglo XXI, en cambio, con la difuminación de las categorías tipo " dibujo y pintura" y el aplastante triunfo de la digitalización insectificadora y mercantil la tentación de hacer lo que cualquier gerente de relaciones públicas pide que hagamos se vuelve fuerte.
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